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El trasplante de riñón, un procedimiento que salva vidas

Solo en el 2013 se realizaron 39 cirugías de trasplante de riñón en el Hospital del IESS Carlos Andrade Marín. De estas intervenciones, 37 órganos trasplantados procedieron de donantes cadavéricos y dos de pacientes vivos. Cada cirugía toma aproximadamente tres horas de intervención en la que interviene un equipo médico de unas 15 personas, entre médicos especialistas, enfermeras y asistentes.

Manuel Guañuna, coordinador del Área de Trasplantes del HCAM, explicó que el paciente que ha sido sometido a un trasplante de riñón debe realizarse inicialmente chequeos semanales, luego mensuales, posteriormente cada dos meses y así progresivamente para controlar la adaptabilidad y sobre todo evitar el rechazo del órgano trasplantado.

El receptor de un riñón suele ser un paciente con enfermedad renal avanzada, diagnosticado con insuficiencia renal terminal, que estaba sujeto a realizarse diálisis que es una terapia que reemplaza el trabajo que hacen los riñones cuando dejan de funcionar.

Tras la operación, los pacientes beneficiados recuperan calidad de vida después del trasplante. Ese fue el caso de José Ramón Gómez Mera, de la provincia de Manabí, quien tiene 32 años. Él señala que durante dos años y medio tuvo que hacerse diálisis tres veces a la semana, lo que le impedía cumplir con sus anhelos y realizar las cosas más simples y cotidianas. Ahora, este "tormento" terminó pues hace aproximadamente un año fue operado en el Hospital Carlos Andrade Marín del IESS. Por ello da gracias a Dios, a los médicos y al Seguro, ya que él ni su familia hubiesen tenido los 25.000 o más dólares que puede costar una intervención de estas, enfatiza.

Sin embargo, el doctor Guañuna recomienda a la prevención como el mejor remedio para evitar una afección renal. En ese sentido, aconseja reducir el consumo de tabaco y alcohol, tomar mínimo 3 litros de agua al día y disminuir el consumo de sal y de alimentos con alto contenido de ella.

Es importante recordar que los riñones son los órganos encargados de filtrar, depurar, reabsorber y eliminar sustancias nocivas producidas por el propio organismo, función que la realizan a través de la orina.

Además secretan hormonas como la eritropoyetina que ayuda en la maduración y desarrollo de los glóbulos rojos, manteniendo a través de estos un adecuado aporte de oxígeno a todo el organismo.

El riñón, al ser el órgano encargado de la regulación de la presión arterial, es muy importante en la protección del riesgo cardiovascular.

Igualmente es importante realizarse exámenes médicos de presión arterial, creatinina, urea y glucosa. En el caso de que estos valores revelen valores fuera de lo normal es importante realizarse otro tipo de exámenes que el médico prescriba.

Recomendaciones generales

Si el paciente es diabético debe realizarse exámenes para el control de sus niveles de glucosa en la sangre y cumplir con el tratamiento adecuado.

Si es hipertenso, lo recomendable es mantener controles de su presión arterial y cumplir el esquema de tratamiento indicado por el médico.

Si tiene afectación renal se recomienda alimentación saludable, prevenir enfermedades como obesidad, hipertensión, diabetes y cardiovasculares.

A estos consejos básicos hay que acompañarlos con actividad física, como por ejemplo caminatas o bicicleta de 15 a 20 minutos diarios.

Es importante tomar en cuenta estas instrucciones a fin de no convertirse en un enfermo agudo o crónico. El primero de ellos, con tratamiento médico, puede superar la afección y llevar una vida normal, mientras que el segundo necesariamente tendrá que someterse a tratamientos como diálisis o convertirse en un candidato a trasplante de riñón, que es la mejor opción a fin de mejorar su calidad de vida.

Cómo es el proceso previo al trasplante de riñón

El paciente que sufre de insuficiencia renal crónica o terminal puede recibir su nuevo órgano de donantes que sean: un familiar vivo, emparentado con el receptor, como uno de los padres, un hermano o un hijo; un donante no emparentado con el receptor, como un amigo o el cónyuge; o, un donante cadavérico diagnosticado con muerte cerebral.

El riñón sano se transporta en agua fría con sal (solución salina) que preserva el órgano hasta por 36 horas. Esto le da a los médicos tiempo para llevar a cabo pruebas de compatibilidad de la sangre y el tejido del donante y del receptor antes de la operación.