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Estimulador cerebral profundo ayuda a pacientes con Parkinson
El electrodo o dispositivo conocido como Estimulador Cerebral Profundo es la nueva esperanza para pacientes con Parkinson, se lo implanta en el hospital Teodoro Maldonado Carbo del IESS, en Guayaquil.
El dispositivo médico es implantado quirúrgicamente bajo la piel del paciente, cerca de la clavícula. Funciona con una batería llamada neuroestimulador ¿similar a un marcapasos cardíaco.
A través del Estimulador Cerebral Profundo se envía estimulación eléctrica a áreas específicas del cerebro que controlan el movimiento, bloqueando las señales nerviosas anormales que causan el temblor y los síntomas de la enfermedad (Parkinson).
Este procedimiento se realiza en pacientes con Parkinson cuyos síntomas no pueden ser controlados con medicamentos; cuando la enfermedad incapacita para realizar actividades diarias; o los fármacos provocan efectos secundarios nocivos como la toxicidad.
Al paciente implantado se le reduce la cantidad de medicinas que consume -que son costosas- y lo más importante mejora la calidad de vida, con menos cantidad de toxicidad" según el neurocirujano Henin Mora, especialista del hospital Teodoro Maldonado Carbo del IESS.
Previo a este implante, el paciente es sometido a varios exámenes médicos como resonancias magnéticas, tomografías computarizadas y más chequeos de rigor que ayudan al especialista en su objetivo de lograr que el paciente recupere su salud, como fue en los siguientes casos:
Gonzalo Rodríguez, de 63 años, padece Parkinson. Actualmente mantiene un ligero temblor en las manos, totalmente menor a la intensidad que tenía hace catorce años; además, la rigidez del cuerpo es otro de los síntomas de este mal que lo impidió caminar en los últimos años.
Hoy, luego de 1 mes días que se le colocó el implante, la reducción del temblor y rigidez de su cuerpo fue inmediata, los síntomas disminuyeron en un 70%; sin embargo el especialista Henin Mora aclaró que "aunque los síntomas de la enfermedad desaparecerán, el mal no"
Walter Céleri, de 66 años, a quien se le diagnosticó esta enfermedad hace doce años, otro jubilado intervenido. Lo acompañaron su esposa y un nieto. Ellos afirmaron estar felices por su recuperación y aspiran a que el esposo y abuelo "vuelva a tener una vida normal para compartir con él la vida y recuperar el tiempo perdido".
Finalmente la esposa de Luis Rodríguez, adulto mayor, que sufre de Parkinson, y que a causa de esta enfermedad crónica y degenerativa, dejó de trabajar como mecánico automotor, hace diez años; anhela que su esposo vuelva a caminar, y ser ese abuelo feliz, trabajador que siempre mantuvo el hogar.