Una empresa saludable se distingue por gestionar, de manera activa, la promoción de la salud de su talento humano, precautelando el bienestar físico, mental y social. Desde 1950, el ámbito laboral ha sido reconocido como un espacio adecuado para la promoción de la salud. En ese sentido, el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), a través del Seguro General de Riesgos de Trabajo regula las actividades laborales, integrando medidas preventivas en todas las fases productivas.

Los programas de promoción de la salud laboral que se determinen en una organización deben estar diseñados y aplicados a los múltiples aspectos de la situación laboral.

Así, los programas deben estar relacionados con las actividades propias de la organización y sus factores de riesgo; deben tener objetivos claros, medibles y alcanzables ligados a las metas de la empresa; y tienen que procurar una actitud participativa de los trabajadores a todo nivel.

Adicionalmente, la implementación de estos programas sostenibles debe convertirse en parte integral del sistema de gestión de la organización y tener el apoyo y compromiso directivo.

En materia de riesgos de trabajo, la Resolución CD.390 establece que la acción preventiva se fundamenta en principios como la eliminación y control de riesgos en su origen; la planificación para la prevención integrando la técnica, la organización del trabajo, las relaciones sociales y la influencia de los factores ambientales; la identificación, medición evaluación y control de los riesgos de los ambientes laborales; la adopción de medidas que prioricen la protección colectiva a la individual; la información, formación, capacitación y adiestramiento a los trabajadores en el desarrollo seguro de sus actividades; la asignación de las tareas en función de las capacidades de los trabajadores; la detección de enfermedades profesionales u ocupacionales; y la vigilancia de la salud de los trabajadores en relación a los factores de riesgos identificados.

Basado en lo anterior, la promoción de la salud laboral y entornos saludables es indispensable en todas las organizaciones, pues estas medidas permitirán mejorar la calidad de vida de los trabajadores, disminuir los accidentes y enfermedades profesionales de origen ocupacional y, por consiguiente, reducir el ausentismo y aumentar la productividad.