La prevención, elemento importante en el tratamiento de glaucoma

Constantemente se realizan exámenes completos de visión en la Clínica de Glaucoma del Hospital Carlos Andrade Marín del IESS. En especial se práctica el análisis de fondo de ojo para observar el interior del globo ocular y poder diagnosticar diferentes patologías como el glaucoma. Se trata de una medida de prevención, sobre todo para asegurados que superan los 40 años de edad.

La jefa del servicio de Oftalmología del Hospital Carlos Andrade Marín, Ivonne Chiriboga, señala que el glaucoma no presenta síntomas por lo que recomienda que el examen para detectarlo o descartarlo se convierta en un procedimiento de rutina en niños, jóvenes, adultos y adultos mayores. Esta es la segunda causa de ceguera en el Ecuador y a nivel mundial.

El glaucoma es el taponamiento del sistema de drenaje del fluido intraocular. Ello provoca una acumulación de material que causa presión al interior del ojo, lo que provoca el daño del nervio óptico y, como consecuencia, la pérdida de la visión inicialmente periférica; es decir se pierde poca visibilidad. Posteriormente, y si no existe control médico oportuno, el paciente perderá la visión central.

Esta enfermedad no se cura y la pérdida de visión provocada por glaucoma es irreversible. Sin embargo, sí es posible detectarla a tiempo por lo que es importante visitar al oftalmólogo quien con un tratamiento adecuado en base a medicamentos (colirios) que disminuyen la presión dentro del ojo, podrá controlar el desarrollo del glaucoma o también puede recomendar la cirugía a fin de conservar la visión.

La doctora Chiriboga enfatiza en que el examen preventivo de glaucoma se debe realizar preferentemente a las personas de ascendencia afroamericana, a aquellas que sufren de diabetes y a las que han tenido familiares que han padecido esta enfermedad.

La especialista aclara que incluso a los recién nacidos cuyos padre o madre padezcan de esta enfermedad se les debe realizar obligatoriamente el examen denominado fondo de ojo, que es casi una rutina en el HCAM cuando uno de los progenitores del recién nacido sufre de glaucoma.