Cuatro nacimientos iluminaron la Nochebuena en el HCAM
Quito, 29 de diciembre de 2025
El 24 de diciembre en la mayoría de hogares se reunía la familia, esperando la llegada de la Navidad con villancicos y presentes, mientras en el Hospital de Especialidades Carlos Andrade Marín (HCAM), esta llegó envuelta en llantos suaves, manos temblorosas y corazones desbordados. Cuatro mujeres dieron a luz en Nochebuena, recordando que, incluso en medio de la espera y el cansancio, la vida siempre encuentra su momento perfecto para nacer.
Mayra Escorza, de 39 años, aún no puede creerlo. Maía Zenet llegó antes de lo previsto, a las 36,6 semanas, mediante una cesárea compleja. Su fecha probable era el 15 de enero, pero decidió adelantarse y nacer, como si supiera que ese día estaba reservado para los grandes regalos. Es su segunda hija, después de 12 años, un embarazo inesperado que hoy se vive con gratitud.
"Las cosas son orden de Dios y ella decidió nacer", dice luciendo una gran sonrisa mientras sostiene a Maía, quien llora suavemente y es consolada por su madre. La emoción es doble: el esposo de Mayra cumple años el 25 de diciembre y la familia jamás imaginó celebrar estas dos fechas.
"Acá los médicos, residentes y enfermeras han sido excelentes, muy empáticos. Personas antes que profesionales", afirma conmovida. Para ella, la seguridad social es un derecho fundamental: atención gratuita, oportuna y con los mejores especialistas. "Maía es mi regalazo", exclama contenta, acariciando sus cabellos.
Un sentimiento similar vive Cristina Cabezas, de 32 años, madre primeriza. Alana Dalila estaba programada para nacer el 10 de enero, pero un control de rutina cambió la historia. "Me dijeron: usted ya está en labor de parto. Y así fue, decidió nacer el 24, quiso ser una niña de Navidad", relata. Alana llegó a las 37,6 semanas y se convirtió en el centro del universo familiar.
"Es una experiencia maravillosa, primero sentirla en el vientre y ahora conocerla", cuenta Cristina, quien destaca el acompañamiento del personal médico y de enfermería. "Me enseñan muchas cosas, me ayudan bastante". Para ella y su esposo, esta Navidad ya no será igual: será siempre doble festejo, doble regalo.
Para Katherine Quishpe, de 30 años, Derek Gael también llegó antes de tiempo. Estaba planificado para el 6 de enero, pero una diabetes gestacional obligó a adelantar el nacimiento a las 38 semanas. Sin embargo, la sorpresa se transformó en alegría. "Es un deseo de Navidad", dice. Su hija siempre quiso un hermanito y, según cuenta Katherine, se lo pidió a una estrella. Esa estrella respondió el 24 de diciembre.
La jornada cerró con la llegada de María Daniela, hija de Gabriela Freire, de 43 años. Madre de dos varones, quien recibió con emoción a la primera niña de la familia. No estaba en los planes, pero se convirtió en el regalo más esperado. María Daniela nació a las 39,3 semanas y ya pasó su primera Navidad en brazos de su madre.
"Al inicio me puse triste porque no iba a pasar estas festividades en familia, pero tuve el mejor regalo", confiesa Gabriela. Destaca la atención integral recibida durante todo su embarazo y la entrega del personal de salud. "La noche del 24 trabajaron como un día normal, tan atareados que luego dijeron ¡Cierto, Feliz Navidad! y se abrazaron. Dejan a sus familias por sus pacientes, fue muy conmovedor".
Mientras en muchos hogares se servía la cena, en salas de parto y en Obstetricia del HCAM se vivía otra celebración: la del compromiso, la vocación y la vida. Cuatro madres, cuatro historias, un mismo mensaje: la Navidad también se escribe con batas blancas, manos cálidas y corazones profundamente humanos.