Trillizos y gemelas: la vida se abre camino en el HCAM
Quito, 11 de noviembre de 2025
Cada alta neonatal es una celebración de la vida en el Hospital de Especialidades Carlos Andrade Marín (HCAM). Esta vez, la alegría se multiplicó por cinco: los trillizos Mia Arabella, Arleth Isabella y Snayder Kaleb; y las gemelas Ainoha Nohemí y Danae Valentina que dejaron la Unidad de Neonatología para ir a casa con sus padres, tras una larga lucha.
Los primeros en lograrlo fueron los trillizos Cajía Herrera quienes nacieron con apenas 29 semanas y 6 días de gestación. Pequeños, frágiles y dependientes de cuidados intensivos, cada uno pesaba poco más de un kilo al llegar al mundo.
Hoy, después de 49 días de atención continua, Mia, Arleth y Snayder se marchan con sonrisas y nuevos pesos que reflejan su fortaleza: Mia alcanza 2125 gramos, Arleth 2405 gramos y Snayder 2620 gramos.
Junto a ellas, el mismo día, las gemelas Andrade García, Ainoha Nohemí y Danae Valentina, dejaron la incubadora. Nacieron prematuramente, con 28 semanas y 1 día, pesando menos de un kilogramo. Tras 98 días en el área de Neonatología, ambas alcanzaron los 2855 gramos y una madurez que les permite respirar, alimentarse y crecer sin asistencia. Hoy, con 42 semanas corregidas, sus pequeñas manos se aferran al porvenir.
Cada uno de estos bebés fue acompañado por un equipo médico que convirtió la ciencia en ternura. Neonatólogos, enfermeras y auxiliares siguieron cada respiración, cada gramo ganado, cada mirada que anunciaba vida. "Detrás de cada alta hay una historia de amor, trabajo y esperanza. Los bebés nos enseñan que la vida siempre encuentra su camino", destacó Yessenia Freire, jefe de esta área.
Las familias, padres y madres visiblemente emocionadas agradecieron entre lágrimas el acompañamiento recibido.
"Hubo noches largas, miedo, incertidumbre, pero también abrazos, palabras de aliento y mucha fe. Hoy nos llevamos a nuestros hijos en brazos, y al HCAM en el corazón", expresó Edwin, el padre de los trillizos, mientras sostenía a Mia y Snayder con una mezcla de orgullo y ternura que apenas cabía en sus brazos. A su lado, Verónica, su esposa, acariciaba el rostro de Arleth, como si en ese gesto se resumiera todo el esfuerzo vivido.
Dayana, mamá de las gemelas Ainoha y Danae, también compartió su gratitud. "Ellos no solo cuidaron a mis hijas, también me cuidaron a mí. Cada día nos dieron esperanza, incluso cuando el miedo era más grande que la fuerza", dijo con la voz entrecortada, mientras se despedía junto a su esposo del personal que la acompañó durante casi tres meses.
El HCAM es referente nacional en el cuidado de recién nacidos prematuros y de alta complejidad. Su Unidad de Neonatología combina tecnología avanzada con un enfoque profundamente humano, donde cada bebé es atendido como un hijo más del equipo.
Cinco bebés, dos familias y un mismo sentimiento: la certeza de que detrás de cada alta hay un equipo humano que convierte la medicina en amor para los seres más pequeños del hospital.
Hoy, Mia, Arleth, Snayder, Ainoha y Danae están en casa. Detrás quedan los monitores, las luces del área crítica y los días de lucha; ahora los espera un futuro lleno de vida.